Los plásticos en los océanos ya no son solo un problema de residuos flotando en el agua y en el fondo marino, sino que son una bomba tóxica que está trepando por la cadena alimentaria. Es urgente que se tomen medidas, a todos los niveles, para poner freno a esta locura plástica.
En nuestro día a día podemos cambiar nuestros hábitos para reducir el consumo de plásticos y buscar alternativas. Y también debemos exigirle a los políticos que tomen medidas, como están haciendo ya en otros países.
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