Hace un siglo, una caminata por la orilla del mar en casi cualquier parte del mundo era una experiencia limpia y energética, ya fuera con el océano calmo o estallando en olas. Ahora no lo es.
Las costas y los océanos del mundo, y las criaturas que los habitan, están sufriendo, y el ser humano es el culpable. Hoy es menos probable que alguien que vague por la costa descubra conchas marinas que pedazos de plástico.
La contaminación, causada por enormes derrames de petróleo o por el vertido de basura, ha estropeado el fondo del océano y regiones otrora prístinas donde el mar se encuentra con la tierra.
Enlace: Expo Yeosu 2012
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