José Ramón Roig, un vecino de Benicarló de 77 años, no tuvo una infancia común. Sus primeros años los pasó aislado en un islote. Recién acabada la Guerra Civil española se tuvo que trasladar a vivir a las Islas Columbretes. Su padre fue uno de los fareros que, con sus familias, habitaron las islas desde 1856 hasta 1975. “Viví allí desde los tres a los nueve años, me acuerdo de pocas cosas porque me trasladaba a la península en la época de colegio”, explica. Lo que más recuerda, dice, es la llegada de “muchas embarcaciones” de pescadores a las islas. Y también de amigas. Como la joven Pilarín con la que, muchos años después ha podido reencontrarse.
. Aïllats, la memòria de Columbretes necesita 5.000 euros para finalizar las entrevistas. Los promotores de la iniciativa han acudido al crowdfunding o financiación colectiva y ya han conseguido reunir 4.275 euros.
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