Más de 100 reporteros gráficos esperaban el sábado en las doradas arenas de la playa de Ipanema, cuando la primera mujer se quitó la parte superior del bikini para burlar la ley brasileña. Sólo tres o cuatro mujeres se le unieron.
Brasil tiene una reputación internacional como un país de costumbres sexuales liberales, donde la desnudez no es sólo tolerada sino abrazada con entusiasmo durante los desfiles de Carnaval.
Pero bajo el Código Penal de Brasil, que se remonta a la década de 1940, el topless de la mujer se considera un "acto obsceno", penado con entre tres meses y un año de prisión o multas. Incluso los críticos de la ley admiten que pocas son procesadas.
En el vídeo a continuación una protesta parecida en Rio de Janeiro:
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