El submarino de inspección Orca 300, desarrollado y fabricado en España, podrá actuar en tiempo récord en 'contingencias' como la erupción volcánica de la Isla del Hierro, averías de instalaciones submarinas o la detección de minas.
El Orca 300, fabricado con fibra de vidrio, de 3 metros de longitud y 1 de volumen, debe su nombre a su similitud con este cetáceo, y ha tenido un de cerca de 25.000 euros, muy inferior a los fabricados en el extranjero, que rondan el millón de euros.
El submarino está dotado con diferentes sensores, dos cámaras e instrumentos para realizar el análisis de aguas oceánicas como tarea principal, si bien también podrá hacer tareas de vigilancia tanto en el ámbito civil como militar. Además, puede llegar a zonas de difícil acceso y tiene un día entero de autonomía.
Aunque al Orca 300 funciona con baterías no se le ha querido alimentar con muchas porque 'no interesaba que fuera muy pesado'.
Su peso es de 40 kilogramos pero, una vez dotado de todos los instrumentos alcanzará los 130 kilos, y puede viajar hasta una profundidad de 500 metros, aunque la mayoría de las misiones no exigen superar los 100 metros.
El submarino es un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación en el que han participado jóvenes investigadores que analizaron 40 vehículos submarinos en todo el mundo.
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