El futuro de los delfines en Perú está en vilo. Pescadores ilegales cazan a los cetáceos y utilizan su piel como carnada para la captura de tiburones, especie cuyo precio en los mercados chino y japonés crece, ya que su carne es considerada un manjar en exclusivos círculos de amantes de la comida.
Sin embargo, el deleite de los asiáticos le cuesta caro a los ecosistemas marítimos del Perú. Un nuevo informe del grupo de análisis y conservación de la ONG Mundo Azul sugiere que la demanda de carne de tiburón alimenta indirectamente otra tragedia: la masacre de más de 15.000 delfines cada año, solo en este país.

identifícate para comentar o registrate aquí.