Alexander Pama, que dirige la agencia de respuesta a desastres del país, elogió la cooperación pública después de que los vacacionistas atendieron las advertencias y se alejaron de los resorts de playa. Maysak trajo lluvias esporádicas y levantó grandes olas, pero hasta el momento no hubo muertes relacionadas con la tormenta que hayan sido declaradas oficialmente por las autoridades.
Tres hombres se ahogaron por separado en un resort de playa y un río en la provincia de Cagayan norte el viernes y el sábado, de acuerdo con la Oficina de Defensa Civil, que vigila víctimas y daños de las tormentas, pero Pama dijo que las autoridades aún estaban tratando de determinar si las muertes fueron causadas por la tormenta que entonces se acercaba.>
Uno de los hombres al parecer participaba en una borrachera antes de nadar en un río, donde fue encontrado muerto, dijo la Oficina de Defensa Civil. Los otros dos hombres fueron arrastrados por fuertes corrientes.
"Es bueno que decir cero bajas, pero es demasiado pronto para decirlo", dijo a los reporteros Pama.
Maysak, pronosticado por primera vez como un súper tifón, mató a cuatro personas y destruyó cientos de casas en Micronesia antes de soplar hacia las Filipinas, donde las autoridades se movilizaron para evitar un posible desastre si la tormenta hubiese mantenido su poder letal. La tormenta fue degradada este domingo por PAGASA a una depresión tropical.
Muchas cadenas de televisión y radio de Filipinas no cerraron como tradicionalmente hacen durante las vacaciones de Semana Santa en la nación de mayoría católica para informar sobre Maysak, lo que hizo que las autoridades declarasen alerta de tormenta y evacuar a los pobladores de las comunidades de alto riesgo. Una fuerza militar de 120.000 se puso en alerta de máxima seguridad en el norte del país para prepararse para cualquier contingencia.
Maysak, que comenzó como un súper tifón en el Océano Pacífico, llegó a la costa noreste de la isla principal de Luzón, a las 8:00 am (00:00 GMT), con vientos de 55 kilometros (34 millas) por hora, dijo la jefa meteoróloga estatal Esperanza Cayanan.
"A partir de ahora, la mayoría de nuestros temores se han esfumado", dijo en una conferencia de prensa poco después de que la depresión alcanzó Dinapigue, un remoto pueblo en la costa noreste de Luzón, a unos 250 kilómetros (155 millas) de Manila.
El gobierno había evacuado a más de 25.000 personas de las aldeas costeras de la región, mientras que se marcharon miles de turistas de las playas de la cercana provincia de Aurora como precaución ante posibles olas de tsunami conocidas como mareas de tempestad.
Los turistas, muchos de los cuales habían venido de Manila y zonas cercanas para disfrutar de las largas vacaciones de Semana Santa en la nación mayoritariamente católica, dieron un suspiro de alivio y se zambulleron de nuevo en las todavía agitadas aguas el domingo de Pascua.
"Hicimos un riesgo calculado (que Maysak se disiparía) y tuvimos suerte. Las oraciones también ayudaron", dijo a la AFP mientras ella practicaba surf, la productora de televisión con sede en Manila Rona Agtay, de 39 años.
El meteorólogo del Estado Shelly Ignacio dijo que el súper tifón reunió condiciones atmosféricas desfavorables cuando se acercaba a la tierra, haciendo que el sistema de tormenta se disipe de manera espectacular durante la noche sábado.
En su actual fortaleza, Maysak puede romper ramas de los árboles y puede tirar los techos de las casas hechas de materiales ligeros, mientras que los viajes por mar sigue siendo riesgosos para pequeñas embarcaciones, dijo el servicio meteorológico estatal en su último boletín.
"Esperamos que este sistema se desvanecezca a medida que cruza las montañas, aunque existe una pequeña posibilidad de que podría sobrevivir mañana en el momento en que toque el agua (Mar de China Meridional)", agregó.
Filipinas, que es azotada por unas 20 tormentas cada año, sigue traumatizada por el tifón Haiyan, en el que murieron más de 7.300 personas y dejó un rastro de destrucción en la región central del país en noviembre de 2013.
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